lunes, 5 de abril de 2010

Madrugando ando






- Ya están los chicos y las chicas de Canadá en Quebradas. Se quedarán en la comunidad por 11 días y se alojan con familias Quebradeñas. A pesar de ser muy jóvenes (entre 16-17 años) trabajan duro y terminan las escaleras de acceso a la plaza de deportes. Son muy trabajadores y han aportado una gran ayuda a Fudebiol además de aprender un poco el idioma y un poco de conservación de los recursos naturales. Al marchar, sus caras parecen decir que ha sido una bonita estancia en Quebradas, donde han experimentado momentos de diversión, convivencia entre ellos y con gente de la comunidad y aprendizaje mientras ayudaban, parecían muy contentos.

A mi me hubiera gustado pasar más ratos con éstos muchachos, pero mi complicada agenda a veces me impide hacer algunas cosas. Entre otras muchas cosas, el día 18 paso a comer por casa de Doña Virginia, bueno en realidad su nombre es Silvinia pero a su marido no le gustaba y se lo cambió por Virginia que es un nombre "Tico", o para el resto de la comunidad "La Viuda". Ella es una ancianita de origen Italiano y que el día 18 cumple años, ni más ni menos que 80. Virginia vive sola desde hace muchos años,su hijo emigró a los Estados Unidos hace ya 40 años y apenas la visita nadie. Pasa mucho rato sola, sentada en la entrada de su casa.Yo la conocí un día que nos presto una escalera para pintar unos rótulos y pasé por su casa a pedirla un poco de agua. Desde entonces de vez en cuando paso por su casa a hablar con ella y ahora voy a reservar un día a la semana para ir a pasar un rato por la tarde y así hacerla compañia. Ella lo agradece mucho con abrazos y buenos deseos.

Los días 20 y 21 de Marzo tenemos la feria del agua y muchas son las tareas que tenemos que hacer para los preparativos, a parte tengo que terminar el libro de recetas para ASOFEQUE (el grupo de mujeres) antes del Domingo, proyecto que tenemos que llevar en "secreto" ya que quieren sorprender a Fudebiol el Domingo de la feria presentándoles el libro, algo que crea algo de confusión entre nosotros mismos ya que lo estamos llevando Denise y yo y no podemos dar detalles a nuestros propios compañeros y nos ocupa algún tiempo de trabajo en Fudebiol y hay cosas que lógicamente no entienden. Tras muchas, pero que muchas horas trabajando en el libro y de perder alguna que otra neurona dando vueltas a la cabeza para que el libro tenga sentido y quede bien, lo terminamos. El libro no es perfecto, han quedado bastantes errores, pero para ser los primeros que hacemos y en tan poco tiempo no está nada mal. Con el tiempo enmendaremos errores y sacaremos uno mejor...ahora toca la feria del agua, las actividades para el día 20 eran cena, lunada, y cuentacuentos. La cena la organizan las mujeres de AMOZA, el otro grupo de mujeres que se dedica al reciclaje de papel. La lunada no pudo ser ya que por caprichos de la naturaleza esa noche es bastante nublada... y el cuentacuentos fue muy bonito, sentados alrededor de la hoguera conocimos a Federico, un Colombiano que trabajó durante cuatro años en el parque de Corcovado y con el que paso mucho rato charlando. El nos dá bastante información útil del parque y puede ser un contacto interesante para los próximos meses ya que él es coordinador de voluntarios y puedo conseguir nuevos objetivos con su ayuda...Pasamos la noche acampados en Fudebiol y el Domingo es bien diferente, muchas son las actividades preparadas en el centro y mucha es la gente que sube a Fudebiol para asistir a ésta fiesta. Juegos para niños y no tan niños, almuerzo campesino, rifas, campeonato de fútbol, una charla sobre cambio climático...también cada grupo como AQUA se organiza para vender su propia artesanía e incluso viene el grupo de San Gerardo a montar su propio puesto. Es una fiesta muy bonita con mucha gente hasta que, como no podía ser de otra forma, al final de la tarde del día del agua comenzó a llover. Tras recoger un poco y con mucho cansancio acumulado, regresamos a nuestras casas a descansar ya que al día siguiente comienzo otro nuevo proyecto con la comunidad, esta vez con AQUA en un proyecto de localización de los petroglífos de la comunidad, grandes piedras en las que los indígenas tallaron unos extraños dibujos, para que la gente de la comunidad las conozca y puedan ser conservadas y así realizar un mapa con fotos para atraer turismo a la comunidad. Estas piedras tienen llamativos dibujos que realizaron los indígenas, algunos de los dibujos se creen que son mapas, otros no se saben. Asique por la mañana marcho con Sophie y Kendry en busca de éstas piedras, las limpiamos y con tiza marcamos los dibujos que los indígenas hicieron y después las saco unas fotos. También dentro del proyecto hay una parte de dibujar otras piedras que están camino de Fudebiol con temas naturales, algo que haga la subida a Fudebiol más llamativa. Pero eso será más tarde, ahora hay que descansar y mentalizarse, ya que un día más tarde emprendemos un nuevo viaje destino a la cima del cerro Chirripó, la montaña más alta de Costa Rica con 3820 metros sobre el nivel del mar, acá no hay descanso...

Me despierto a las 4:30 de la mañana, ya que a las 6:00 tenemos que tomar el autobús que nos llevará a San Gerardo. Una vez en San Gerardo vamos a la oficina del parque para inscribirnos y reservar en el refugio donde pasaremos dos noches. Nos dieron campo para el día siguiente ya que estaba todo completo, para subir al Chirripó solamente dejan subir a unas 10-15 personas por día y lo normal es reservar con bastante tiempo de antelación. Nosotros ya sabíamos que ésto podía suceder asique hablamos con Don Jesús, que tiene un hermano allá por San Gerardo y así poder pasar una noche acampados en su jardín. Entonces es cuando conocemos a Don Pedro y su reciente esposa Jenny Moss. Una vez más nos quedamos sorprendidos por la amabilidad de ésta gente, ya que Don Jesús no avisó a su hermano y aún así sin saber quienes eramos, ni de donde veniamos, nos abrieron las puertas de su casa y nos invitaron a tomar café. Una vez comprendieron quienes eran esos personajes que habian aparecido por su casa, nos dieron permiso para acampar en su jardín y para utilizar su cocina, baño....como si estuvieramos en nuestra casa y apenas nos conocen. Aprovechamos éste día que tenemos prácticamente libre para visitar los jardines secretos de San Gerardo, visitar de nuevo y darme un bañito en la catarata Cloudbridge y las aguas termales, aunque temprano y tras preparar algo de comida que subiremos arriba, nos vamos a acostar.
Ya a las 3:00 de la mañana nos levantamos y preparamos nuestras grandes mochilas para comenzar a caminar. Es muy temprano pero aún así noté ese gusanillo que recorre mi estómago antes de subir una gran montaña. Se que va a ser duro y que voy a tener momentos dificiles, pero aún así la sensación de conseguir llegar a la cima hace que tenga muchas ganas de caminar y comenzar a ascender. Tras casi una hora de caminar cuesta arriba llegamos al principio del sendero, el kilómetro 0 a 1520 metros de altitud. Comenzamos la verdadera ascensión, poco a poco caminamos, haciendo pequeñas paradas porque la pendiente hace que sea muy costoso caminar con peso a la espalda. Al cabo de un buen rato y una parada para comer algo mientras amanece, alcanzamos el primer kilómetro...llevamos un ritmo muy lento con muchas paradas, lo que hace que se haga más pesado caminar cada vez que vuelves a comenzar. Por fin kilómetro 2 y llevamos mucho tiempo caminando, esto se va a hacer muy pesado asique empiezo a caminar a mi ritmo, lo que hace que la ascensión no se me haga tan dura y que pueda estar más atento a todo lo que me rodea al no ir distraido hablando. Asique comienzo a caminar sólo y los kilómetros van pasando. En el camino conozco a dos tipos de Canadá y más tarde a un Alemán y un Italiano, con los que paso un buen rato caminando. Más tarde yo me detengo a descansar y a observar y escuchar durante un rato. Escuché al jilguero, un ave con un canto impresionante, una melodía similar al de una flauta...me quedé fascinado. También me sorprendió que en la selva hay vida por todas partes, al parecer no hay nada, pero si uno se detiene a observar uno de los tantos árboles que hay durante un sólo minuto puede descubrir muchas cosas, ardillas, pequeñas aves, reptiles...es todo un mundo lleno de vida.
Y los kilómetros pasan y pasan y los pasos se van haciendo más duros cada vez. Por fin llego a Llano Bonito, más o menos la mitad de la etapa, kilómetro 7 donde hay un viejo refugio con agua potable. Allá me reencuentro con Mauricio (el Italiano), el Alemán y los Canadienses. Después de comer un poco y de esperar por mis compañeros perdidos, comienzo a caminar de nuevo sólo, ya que un muchacho me dijo que estaban muy lejos tumbados en unas piedras...Ahora el camino se vuelve más complicado, del kilómetro 8 al 10 se me hace muy duro y pesado, es a lo que llaman la cuesta del agua. Más arriba tengo que detenerme para curar mis pies ya con ampollas y reponerme un poco del esfuerzo. Por el camino conozco a más gente con la que más arriba me reencontraré. Llegando por el kilómetro 12 llega la parte más complicada, aunque después de lo pasado dudo que se pueda hacer más duro aún, por fin llegé a la cuesta de los arrepentidos. El nombre hace que te asustes pero ya notas que el final está un poco más cercano y la fuerza de voluntad sustituye a la fuerza física. La motivación de llegar al refugio hace que cada gota de sudor que cae desde mi frente merezca la pena y no dudar en dar cada paso aunque cada vez sean más cortos y más duros. Ya cerca del del kilómetro 14 siento verdadero fuego dentro de mis botas, pero también siento el final de ésta dura etapa. Atravieso una zona donde hace unos 20 años hubo un incendio y apenas hay árboles. El sol es muy fuerte y ya estoy muy por encima de los 3000 metros de altitud, asique hay que salir del camino de vez en cuando para encontrar un poco de sombra y tomar un sorbo de agua. En estos momentos recuerdo a mis compañeros, ¿que tal lo llevarán?, ¿conseguirán llegar al refugio?, ¿habrán encontrado la nota de ánimo que los dejé en Llano bonito?...Y por fin allá a lo lejos distingo una casa, tras abrir bien los ojos y darme cuenta de que no era una broma de mal gusto, allá estaba el refugio. Olvidé todo mi cansancio y dolor de piernas. Volví a notar ese gusanillo que recorría mi estómago al comenzar a caminar y me dieron ganas de pegar un grito bien fuerte. Lo habia conseguido, habia alcanzado los 3400 metros de altitud y llegado hasta el refugio tras más de 15 kilómetros de autentica subida y noté una gran fuerza por dentro, como que podría conseguir cosas imposibles, tuve un momento en el que no tenía miedo de nada, todo era posible. Fue una gran emoción y casi llego al refugio corriendo. Eso sí, al llegar al refugio me quite la mochila, las botas y caí rendido. Fue una dura caminata de más de 8 horas y aún no había llegado a la cima aún quedaba un último, pero no menos sacrificado esfuerzo, coronar la cima. Eso lo alcanzaríamos a la mañana siguiente. Tras más o menos un par de horas descansando en la cama llegaron mis compañeros Dina, Denise y Omar. También lo habían conseguido, pero no alcanzaríamos todos la cima. Denise con problemas de asma decidió regresar por la mañana ya que conoció a unos Estadounidenses que la podían llevar hasta San Isidro en carro. Asique a las 2:00 de la mañana del día siguiente Dina, Omar y yo nos levantamos y ésta vez con menos peso, comenzamos a caminar en la oscuridad de la montaña. Nuestro objetivo es llegar a la cima antes del amanecer. Para colmo mi frontal se queda sin bateria y sólo tenemos una linterna...asique nos perdimos un par de veces, una porque seguimos el curso de lo que fue un río y otra porque una gran roca en el sendero nos desoriento ya que no veíamos la continuación de éste. Del refugio a la cima son 5,5 kilómetros pero los dos últimos son muy duros, nos advierten el día anterior y suerte que dejamos gran parte del peso en el refugio. Tras caminar y caminar en la oscuridad y con una gran desorientación ya que no vemos el pico del Chirripó, seguimos caminando hacia lo que pensamos que es el final de nuestro viaje. Tras superar un collado que supuestamente nos lleva a la cima, donde podremos comer un poco y por fin descansar, nos quedamos ingratamente sorprendidos y admiramos lo que en realidad es el gran pico del Chirripó. Imponente ante nuestros ojos vemos las luces de otros montañeros que ascienden hasta la cima de un gran pico. Aún nos quedaba lo más duro del viaje y pensabamos que todo había terminado...en la parte final ascendiendo con la ayuda de las manos y ya con algo de claridad escuchamos voces, ya está lo logramos. Tras dar el último paso ahí me reencuentro con Mauricio y el Alemán, todo terminó con un fuerte abrazo y un increible amanecer a 3820 metros de altitud sobre un mar de nubes...ahora sí que lo había conseguido, había llegado a lo más alto de Costa Rica. Un gran momento lleno de emoción y cansancio, con un buen dolor de rodillas y ampollas en los pies, pero que a pesar de todos los males y del frío que hace en el techo de Costa Rica mereció la pena dar cada paso que dí.
Ese mismo día ya entrada la mañana regresamos al refugio para descansar y dar algún que otro intento de paseo, pero una vez más temprano a dormir porque de nuevo comenzaremos a descender a la madrugada. Esta vez nos levantamos a las 4:30 de la mañana, para comer algo y empezar a caminar. Al llegar de nuevo a San Gerardo y tras pasar por casa de Don Pedro y Jenny Moss para saludarlos y contarles que todo había salido bien, Omar y yo volvimos a las aguas termales para relajarnos y descansar, aunque después de todo lo andado nos perdimos al coger un sendero para evitar la subida de asfalto que lleva hasta las aguas y después de subir montaña arriba y darnos cuenta de que íbamos hacia ninguna parte, tuvimos que regresar y tomar la temida subida que lleva a las aguas termales...pero por fin después de todo lo andado y mal andado, llegamos a las aguas para descansar...

Mientras escribía estas líneas, sentado en la cama de mi habitación he notado mi primer temblor en Costa Rica. Realmente yo no sabía que fué un temblor, pero a la mañana siguiente escucho en la radio que hubo un temblor de 3.5 grados en el sur de Costa Rica, zona donde vivo. A mi me dió la impresión de que había sido un portazo muy fuerte, apenas duro un segundo, ni le dí importancia y continué con mis cosas como si nada, aunque cuando te enteras de la realidad impresiona, suerte que fue un pequeño temblor sin importancia. Ya me han advertido de que tendré que acostumbrarme.

Y ya coronada la cima del Chirripó, el fin de semana decidimos pasarlo en la playa Manuel Antonio y seguir nuestro recorrido por las playas del Pacífico Sur. Allá pasamos un par de días Omar y yo, descansando, relajándonos tras el esfuerzo del Chirripó. Allá tuvimos unas cuantas buenas sorpresas, fue un fin de semana de reencuentros, ya que volvimos a ver a Törfim en la playa, uno de los chicos que estaban en casa de Doña Betty en San José cuando llegamos a Costa Rica, también nos reencontramos con Andrea, una chica Noruega que también conocimos en casa de Doña Betty poco antes de partir hacia Quebradas y poco antes de coger el autobús de vuelta a San Isidro, de la nada apareció el Alemán del Chirripó!!
Para terminar bien éste viaje, tuve una muy grata sorpresa desde el autobús ya que al pasar por un puente pude observar un cocodrilo tomando el sol a la orilla del río. Lo ví sólo por unos instantes, pero fué un gran momento. Lástima que no pudiera tomarle una buena foto, hubiera sido perfecto...

Asique Costa Rica es un mundo lleno de sorpresas, de grandes sensaciones, buenos momentos y buena gente que camina y camina de un lado a otro con su mochila a la espalda, que utiliza su tiempo para ayudar a los demás sin preocuparse de qué es lo que van a recibir a cambio, porque aún queda una pequeña esperanza de que cuando los problemas aparezcan todavia quede gente que sepa lo que es la solidaridad, da igual de que nacionalidad seas, o de que lado de la frontera te tocó nacer, cuando ves a alguien con problemas te das cuenta de que todos somos personas y no hay personas sin problemas, ya que los problemas no entienden de idiomas, ni de religiones, ni de banderas, ni siquiera de riquezas.Todas y todos necesitamos de la ayuda de los demás en algún momento, asique es bueno ayudar siempre que se pueda y no me refiero al dinero, los pequeños detalles tienen mucho más valor, igual que los pequeños pasos, que por cortos que sean hacen que subas una montaña cuando crees que no puedes más o un abrazo cuando alguien convive con la soledad, parecen gestos insignificantes pero deberíamos dar más importacia a las cosas más pequeñas

1 comentario:

  1. Joder, ha debido de ser una ascensión difícil, ¡hasta yo me he agobiado leyéndolo!
    Las fotos preciosas, como siempre, al igual que las anécdotas.
    ¡Un saludo!

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